Sueña Jamie Vardy, sueña el Leicester
Pertenezco a una generación que tuve el enorme placer y suerte de ver en acción una de las mayores gestas que ha vivido el fútbol reciente. Aquel año 2016, aquella temporada 2015-2016, aquel equipo. Un proyecto que marcó a una comunidad de aficionados locales y que rompió las fronteras para enamorar al fútbol de las islas británicas y del viejo continente.
Vimos al mejor Leicester de la historia. Aquel equipo capitaneado por Claudio Ranieri. Aquel equipo que puso en los altares mediáticos a jugadores como Jamie Vardy, N'Golo Kanté o Riyad Mahrez. Aquel equipo romántico que rompió cualquier lógica creada, esperada o fabricada. Un Leicester campeón de liga en Inglaterra. Aquel recuerdo ya nadie nos lo quitará. Nadie podrá borrar aquellas tardes de fútbol en las que el 'pequeño' batía a las potencias, aquellas noches en las que el King Power Stadium se convertía en uno de los más grandes focos del fútbol europeo y mundial. Y luego, lo esperado.
El famoso 'undergog' hizo acto de presencia convirtiéndose en una pesadilla. Es más fácil llegar a la cima que mantenerse, dicen. Y eso pareció ocurrirle la temporada siguiente. Con la pesadilla y temor de un posible descenso, incluso con la destitución de Ranieri, la dura realidad volvió a instaurarse en la ciudad. Los focos ya no brillaban igual, las miradas ya no eran las mismas y el eco mediático ya no les trataba de la misma forma. Su moda ya había pasado y tocaba hacer frente a una rutina que parecían haber olvidado.
Sin embargo, quieren soñar de nuevo. Quizás no de la misma forma, ni con las mismas pretensiones, pero sí con retos mayores respecto a los últimos años. Quieren volver a codearse con los grandes, mirarles de tú a tú, pelear por los mismos objetivos, soñar fuerte, soñar de verdad. El Leicester está en puestos de Champions League desde hace semanas, desde hace varias jornadas, y sus resultados son muy notables. E incluso, como ya sabréis, históricos.
Los de Brendan Rodgers golpearon de forma rotunda al Southampton el pasado viernes con un histórico 0-9 en el St. Mary's Stadium que quedará grabado en letras doradas en el cómputo global del campeonato inglés. La mayor diferencia de goles entre equipos en la historia de la Premier League. La mayor goleada de los Foxes. La mayor derrota sufrida por los Saints. Dos hat-tricks (Jamie Vardy y Ayoze Pérez). Un golazo de falta (Maddison). Una expulsión. Un diluvio universal. Un encuentro que si se transcribiera en guión cinematográfico tendría argumentos de sobra para optar a galardones. Absolutamente de todo.
El Leicester hizo historia en Inglaterra con su título en 2016 y vuelve a hacerlo, ahora, con su goleada en Southampton. Un equipo que mantiene pocas caras conocidas de aquel proyecto, pero mantiene a un Jamie Vardy que fue fiel al entorno, al seno doméstico, no se marchó (sin catalogarlo de bueno o malo), permaneció, y sigue rindiendo como él sólo sabe. El galgo incansable que corre y corre detrás de la presa, con la diferencia de que no hay conejos ni animales a quienes cazar, sino un balón. "Is having a party", que dirían. Vardy volvió a vivir una noche histórica. Ahora en términos algo menores, pero no por ello menos importantes.
Los del King Power Stadium quieren firmar una notable campaña que les permita, como mínimo, volver a disputar torneo europeo la próxima temporada. Disputado cerca del primer tercio de campeonato, en ello están, soñando con fuerza, con argumentos verídicos, sólidos, con fundamento. Sueña Vardy, sueña el Leicester.