Seamos serios con Lampard
El Chelsea perdía el pasado fin de semana ante el Bournemouth en casa y uno de los primeros debates y feedbacks que recibía en mis redes sociales fueron comentarios críticos, negativos, sobre la figura de Frank Lampard. Me sorprendieron realmente. No por Lampard, ni por la derrota, sino por cómo se había creado un incendio desmesurado de una situación negativa, sí, pero para nada trágica, para nada negra, para nada incluso preocupante.
Es cierto que la temporada del Chelsea en Stamford Bridge debe mejorar. De los 9 encuentros como local de esta temporada, no han ganado en 5. Es decir, 4 victorias en 9 partidos. Cifras que están lejos de ser perfectas y positivas cuando en teoría el factor campo, jugar en casa, es un factor positivo o a favor del equipo que defiende su territorio. Es indudable. Pero de ahí a pensar que se está desmoronando todo, que incluso el puesto de Lampard podría estar en juego... O no se entiende el contexto de este proyecto, o directamente es producto de esa corriente vertiginosa de crear incendios sin control, sin pensar y opinar (que no informar) aquello que las mentes perversas crean de forma automática.
El Chelsea es cuarto, está en puestos que dan derecho a disputar la próxima temporada Liga de Campeones, está plantando cara a sus rivales con soluciones domésticas, sin haber podido fichar (ahora en enero sí parece que llegaría alguna cara nueva). Eso en términos locales, en Premier League. En Europa, en Champions, el Chelsea está oficialmente entre los mejores 16 equipos del viejo continente tras haber superado la Fase de Grupos y haber sido capaz de plantar cara al Ajax de Amsterdam. Ninguna tragedia. O al menos yo no la veo. ¿Cómo va a peligrar realmente Lampard si la exigencia no era tan alta como en otras potencias? ¿Cómo puede alguien pensar en que una leyenda del club que está firmando un gran trabajo a nivel de resultados y gestión de plantilla puede decir adiós? ¿Por una derrota ante el Bournemouth? Seamos serios, por favor.
Insisto. La dinámica local en Stamford Bridge de este Chelsea no es la mejor, pero criticar a este equipo es no entender el contexto de perder a tu máxima estrella, de no poder sustituirle por una sanción, de tener que echar mano de jugadores propios y cedidos con algunas perlas jóvenes dispuestas a dar la cara.