Roman Abramovich: no se marcha una persona cualquiera
La semana pasada el Chelsea emitía un comunicado oficial en su página web oficializando una noticia que, tras la confirmación del conflicto bélico de Rusia en Ucrania, cogió fuerza con el paso de los días: Roman Abramovich pone en venta el club.
La noticia no sólo oficializa su paso adelante, sino supone poner fin a la etapa más gloriosa, exitosa e imponente la historia del club. Deportivamente, sin lugar a dudas.
La llegada de Abramovich supuso un antes y un después en el conjunto londinense a nivel deportivo, futbolístico, económico y social. El Chelsea pasó de ser un club con una historia discreta, con un palmarés mínimo, viendo como otros eran los equipos poderosos que ganaban los grandes trofeos, a ser uno de los conjuntos más en forma, determinantes, exitosos y gloriosos del fútbol inglés, británico, europeo y mundial.
El Chelsea se ha convertido en un club deportivamente respetado. En sus vitrinas ya brillan los trofeos más exigentes y deseados del planeta. En sus filas han militado algunos de los mejores jugadores del mundo en las últimas dos décadas. En su estadio se han vivido las noches más gloriosas jamás vistas por la parroquia Blue.
Todo ello, objetivamente hablando, gracias a Román Abramóvich. El empresario de origen ruso impulsó la dinámica del club hacia una evolución institucional que, muy seguramente, va a ser muy complicado (por no decir imposible) de superar.
El futuro nuevo propietario del Chelsea tendrá que mantener un camino muy positivo, una inversión altísima a nivel económico que permita seguir siendo un club referente en el mundo del fútbol y resolver muchos conflictos que tienen fecha de caducidad a corto plazo.
La afición del Chelsea le debe muchísimo a Abramovich. Su llegada provocó las mayores alegrías, los recuerdos más bonitos y las mejores tardes y noches de sus vidas. Stamford Bridge está cerca de poner fin a una etapa tan bonita como imborrable, tan imponente como histórica y es por ello por lo que los aficionados Blues debemos estar agradecidos a su figura por todo lo ofrecido en el club.
Su salida viene provocada por un conflicto político, extra-futbolístico, pero lo va a hacer, además, afirmando que todos los beneficios netos que obtenga (sus beneficios restando la cantidad pagada) irán destinados a las víctimas ucranianas.
Un gesto tan importante como ético. Desde siempre su figura ha sido relacionada con Vladimir Putin y este conflicto ha tenido ya consecuencias personales para Abramovich. Pero con este gesto consigue dos objetivos. Por un lado, recuperar dinero y apartarse para no dañar la imagen del club inglés. Pero, otro lado, más éticamente, con la donación de las ganancias neta a las víctimas del conflicto bélico se desmarca públicamente del mandatario ruso.
Se marchará el mejor mandatario en la historia del Chelsea y los aficionados debemos estar eternamente agradecidos por todo lo que ha aportado para el beneficio futbolístico del club. Sus temas personales nunca me han llamado la atención porque siempre he sabido diferenciar las cosas. Evidentemente sé que su figura siempre ha estado en entredicho, pero con las formas de su salida, creo, ha quedado todo resuelto a favor de su imagen.
Gracias por todo lo que has hecho para hacer un grande al Chelsea. Gracias a ti me aficioné del club allá por 2003 ó 2004. Gracias a ti me enamoré del fútbol inglés.