¿Qué pienso de la llegada de Gattuso al Valencia?

Tim Burton podría ser perfectamente el director ideal para expresar en el formato audiovisual los tres últimos años del Valencia CF. No sabemos si saldrían conejos que hablan, personajes cabezones, con ojos saltones, con sombreros mágicos, personajes que no sabes si transmiten alegría o miedo. Lo que sí sabemos es que el cineasta californiano crearía un guión extraordinario y lo plasmaría de forma bestial en términos visuales.

Excusas para hacer una buena producción no tendría. De hecho, le sobrarían argumentos para crear una base sólida. El Valencia CF vive la que, seguramente puede ser considerada la peor etapa institucional de su historia. Y cada vez va a más. Por raro o complicado que parezca, la situación del club valenciano empeora año tras año. En términos institucionales, cada decisión parece peor que la anterior y la dinámica sigue en caída libre. La última, o las últimas, ha sido la destitución de Bordalás y la llegada de Gattuso. 

El técnico alicantino dice 'adiós' a una etapa que ha sido irregular, corta y, a la vez, positiva. El contexto institucional no ha sido el mejor, la calma nunca ha existido, el club no ha solventado las necesidades técnicas en el mercado de fichajes y, pese a todo eso, pese a terreno pantanoso que nunca amenazaba con desaparecer, el equipo selló la permanencia sin problemas y llegó a la final de la Copa del Rey.

Y, ahora, la solución, el cambio, el giro de rumbo, llega desde Italia, se llama Gennaro y se apellida Gattuso. Un fichaje que tiene tintes institucionales, que llega con un aura raro, cuestionable, de la mano de un Jorge Mendes que ha vuelto a activar el botón valencianista para sus negocios y que, por ello, por todo ello, ha generado un malestar general en la capital del Turia.

¿Cómo se explica este cambio? Aquí estamos, intentando entenderlo. 

¿Es mejor entrenador Gattuso que Bordalás? Hay dudas. 

¿El carácter de Gattuso puede ser un problema en un club incendiado? Posiblemente.

¿Van a fabricar un proyecto competitivo que vaya más allá de los intereses económicos de Jorge Mendes? Lo primero, abierto a la duda. Lo segundo, empieza a dar pereza por la numerosa lista de ejemplos pasados que salieron mal deportivamente y que, en cambio, fueron efectivas para el bolsillo del mediático representante portugués.

La llegada de Genaro Gattuso, en junio de 2022, no me despierta interés máximo, ni ilusión, y la esperanza de ver un cambio positivo en la dinámica del equipo desde 2019 está bajo mínimos. Quizás el 31 de agosto, tras el mercado de fichajes, mi opinión pueda cambiar, pero lo cierto es que, viendo cómo funciona todo en el seno de Mestalla, ya pienso que es complicado que pueda cambiar.

Gattuso llega al Valencia porque es representado por Mendes. No hay más. ¿Es mejor entrenador que Bordalás? Personalmente, tengo dudas, bastantes. Pero también creo que debo esperar a que el proyecto se forme, a que los primeros pasos comiencen a ser escritos, a ver las primeras tardes y noches en Mestalla, y entonces, sólo entonces, dictaminar mis primeras sentencias.

No me gusta este cambio en el banquillo. No me tranquiliza el proyecto de la próxima temporada sabiendo que va a ser una plantilla creada por intereses externos y que los tres estandartes del equipo muy seguramente salgan este verano.

¿El descenso? Lo preocupante sería olvidarse de esa amenaza. Considero que el drama no debería ser tan drástico, que el futuro no debería presentarse tan negro. Pero sería un error no tener los pies en el suelo.