¿Por qué Neymar es tan odiado?
Ser considerado uno de los mejores futbolistas del mundo tiene cosas buenas, pero evidentemente también tiene una serie de consecuencias negativas que no todos saben gestionar, o incluso que no permiten y toleran.
Neymar es un claro ejemplo de ello. La estrella brasileña genera uno de los mayores impactos mediáticos del fútbol mundial. Su marca personal genera un ruido popular de enormes dimensiones que junta a fans y detractores casi a la par. Su marca profesional genera en sus arcas estratosféricas cantidades de dinero porque es un foco planetario y eso, evidentemente, las empresas lo saben a nivel publicitario. También el PSG, claro. El clásico jugador que amas u odias, que apoyas o te genera rechazo.
Pero, ¿por qué genera tanto rechazo, incluso odio, la figura de Neymar? A nivel futbolístico se trata de uno de los mejores futbolistas del mundo. Es indudable. Su técnica, su liderazgo, su capacidad para marcar la diferencia en la creación y en el aspecto goleador. Es una gozada verle en acción. Neymar teniendo el día, estando activado, mostrando sus mejores dotes, es capaz de retenerte durante noventa minutos para ver un partido.
Muchos aseguran que se asemeja mucho a Ronaldinho, y en términos deportivos puede ser una comparativa lógica, que se sostiene, que tiene argumentos válidos para compararles. Pero, ¿por qué Ronaldinho caía bien a conocidos y extraños y, sin embargo, Neymar genera sensaciones tan contrarias?
Son contextos y épocas diferentes. Es una obviedad. Quizás Ronaldinho en la época de las redes sociales tendría una imagen y una repercusión diferente. Pero es curioso cómo, con estilos de juego muy similares, con rendimientos muy parecidos, la diferencia en el trato popular es enormemente diferente.
Y está claro que la personalidad de Neymar tiene mucho que ver. Sus decisiones, su forma de actuar ante los rivales, sus provocaciones en redes sociales, incluso sobre el césped (curioso cómo a Ronaldinho se le consideraba un artista) y muchas veces en su forma de celebrar éxitos. Dicen que es tan importante saber ganar como saber perder, y en muchos casos Neymar ha demostrado que tiene un enfoque cuestionable en este sentido.
A Neymar se le considera muchas veces un provocador. Sus declaraciones, sus decisiones, sus reacciones ante rivales. Hay ejemplos que serían cuestionables y válidos para analizar y estudiar. Esto, evidentemente, gana terreno en lo mediático. Su excelso fútbol pierde brillo si su actitud deja al menos el derecho a la duda.
¿Afecta esto a su marca? Seguramente no, porque sigue creciendo, porque sigue generándole dinero a raudales tanto por sus vínculos profesionales y futbolísticos como por sus vínculos comerciales. Es una máquina engrasada de generar dinero. Es la realidad. Él, la persona, pese a que se ha visto envuelto en polémicas muy serias a nivel personal en los últimos años, en ningún momento ha parecido caer. Su rendimiento ha podido tener algún altibajo, pero casi nada comparado con la enorme presión mediática y social que carga (y ha cargado) sobre sus espaldas. En ese sentido (de puertas hacia fuera) todo ha parecido ser igual.
Su actitud, pues, es un aspecto que muchos pedirían que mejorara. Pero, si no sufre en exceso a nivel comercial, si su rendimiento no ha bajado, ¿por qué debería hacerlo? Muchos le piden que sea un ejemplo porque son millones de niños los que le siguen, pero su fútbol sigue siendo muy bonito. Su figura sigue siendo un foco enorme para simplemente ver un partido. Uno sabe que juega Neymar y sabe que van a pasar cosas. Y eso debería ser lo más importante. Sin embargo, su actitud siempre condiciona todo para los comentarios y opiniones que genera.
Y tú, ¿eres seguidor de Neymar o crees que debe maquillar su lado personal?