Pep Guardiola y la (no) obsesión por la Champions
Pep Guardiola afirmó recientemente que la Champions League no es su obsesión. El técnico catalán brilló de forma rotunda en sus primeros pasos como entrenador en el Barcelona. Unos primeros pasos que tuvieron en la copa de Europa algunas de las noches más exitosas e históricas de su carrera. Sin embargo, la última vez que consiguió ganar el trofeo fue en el año 2011 y, para muchos, parece que es demasiado tiempo para un entrenador que anualmente sigue siendo considerado como uno de los mejores y más prestigiosos de mundo.
Son ellos, la gente, los periodistas, los medios. Son ellos quienes exigen que vuelva a ganarla. No lo consiguió en Múnich ni lo ha conseguido (por ahora) en Manchester. De hecho, si no lo consiguiera esta temporada, se cumplirían 10 años desde su último gran logro europeo. Se cumpliría una década desde entonces y, para algunos, es un fracaso. Pero para ellos, ellas. Insisto. Guardiola ha dejado claro que no es su obsesión. Va de cara. Lo asume.
Entonces, si él lo afirma, lo confiesa, lo expone de forma abierta y sin complejos, ¿por qué se le sigue exigiendo? Me temo que tiene mucho que ver con sus corrientes políticas, más que por su trabajo en los banquillos. Tampoco descubro América, pero es una triste realidad con la que convive desde hace muchos años. Desde que todavía era técnico del Barcelona, me temo. Imaginad quiénes tienen el complejo y la preocupación desde entonces.
Lo que sí me parece interesante es analizar la confesión de Guardiola. En un equipo del poderío económico (que a su vez impone exigencias deportivas) del Manchester City es lógico entender que la máxima competición continental debe, o debería, estar entre los grandes objetivos anuales del club. Es una realidad. No es ninguna locura. Lo sería pensarlo de, con todos mis respetos, un equipo como el Motherwell, el MK Dons o el Inverness. Pero, evidentemente, cuando te conviertes en uno de los equipos más competitivos de Inglaterra y de Europa a golpe de talonario, con miles de millones de euros invertidos en la última década, es lógico pensar que debe estar sobre la mesa del proyecto Sky Blues.
Sin embargo, en el contexto Guardiola, ¿es una obsesión o realmente es un objetivo presente? No es lo mismo saber que debes optar al título que, como dicen los supuestos expertos, estar obsesionado. Me temo, sin tapujos, que Guardiola está muy tranquilo. O debería estarlo.
Un entrenador que ganó un sextete, que tiene 2 copas de Europa en su trayectoria, que tiene uno de los sueldos más elevados del mundo, que tiene uno de los prestigios más elevados, que dirige a uno de los clubes más temidos en territorio británico y continental. ¿De verdad creen, creéis, que Guardiola está preocupado (u obsesionado, como dicen)? Evidentemente, no.
He escrito alguna vez sobre el trasfondo del Manchester City. E insisto, una vez más. Es un equipo donde querría trabajar cualquier profesional del mundo. Así de rotundo lo expreso y lo presento. Sus instalaciones son de élite mundial. Las herramientas para los jugadores y el staff técnico (entre ellos, claro, Guardiola) son de calidad absoluta. Tienen una organización interna exquisita. Y además, por encima de todo eso, en lo mediático, pelean por los grandes títulos. Es una oportunidad que puede ser considerada como un auténtico privilegio. Y Guardiola lo sabe.
Guardiola sabe que probablemente esté actualmente en el mejor equipo que estará durante su trayectoria como entrenador. Su confianza, discurso y señales así lo demuestran. Es el equipo en el que más tiempo lleva. De hecho, ha vuelto a renovar y siempre mantiene la ilusión en sus palabras. Evidentemente, sabe que ahora mismo vive una etapa que marcará mucho su etapa personal, y quiere disfrutar, quiere saborearla diariamente dejándose llevar en su casi enfermiza pasión por el fútbol.
Pep está ya vacunado contra la opinión pública. Él sabe que no gana la Champions League desde 2011. La ganó él como entrenador, ¿sabéis? Él sabe que lleva casi una década sin volver a conseguirlo. Pero vive en un contexto muy cómodo, privilegiado, con muchísimos años ya de experiencia desde entonces. Mucho más maduro, más experimentado, con mucho más rodaje, en otro ámbito de su vida personal y profesional, con un aprendizaje mucho más denso y elaborado.
Siento decir que, me temo por sus haters, Guardiola no está obsesionado por ganar la Champions. Él ya lo ha dejado claro en multitud de ocasiones. Él, la persona, no está obsesionado. Evidentemente, sabe que el Manchester City opta a ello, que es uno de los grandes opositores, que es uno de los objetivos cada temporada. Pero de ahí a la obsesión, a afirmar que está obsesionado, hay demasiada distancia. Aunque, creo, es tema más de las voces que claman al cielo, y no tanto por su parte.