Nos merecemos un poquito más que ésto

Escribo estas líneas en el descanso del partido entre Barcelona y Real Madrid. Cada uno tiene formas distintas de castigarse y la mía ha sido decidir ver el partido con la retransmisión de la 1, es decir, con los precisos apuntes de Juan Carlos Rivero, un Chapi Ferrer en su salsa y los lastimeros comentarios de un Sanchís que se siente apabullado por quienes le rodean. Ante tanto derroche de inteligencia concentrada y motivado en parte por el panorama periodístico actual, me ha dado por reflexionar sobre la gente que nos comenta el fútbol.


De estos 3 decir que, si tuviera que montar un negocio en función a sus necesidades, me debatiría entre una óptica y un sanatorio mental, porque o son ciegos o están mal de la cabeza. Están viendo cosas en el partido que me hacen sospechar que se han puesto otro encuentro en alguna pantalla, porque lo que sucede en el campo…no.


Luego tenemos a los amigos de GOL, ese canal que tanto se vanagloria de dar fútbol en abierto aunque, si el precio a pagar por verlo es escuchar sus comentaristas, merece más la pena la radio. Contamos con la presencia de mi buena amiga Natalia Arroyo, esa persona que está cobrando para emitir comentarios con tanto peso y criterio como “qué pequeños tiene los pies Daniele Verde, ¿no?”. Lo tengo grabado a fuego en la memoria, una persona cobrando por ese tipo de apreciaciones… De los demás de Gol prefiero no decir nada, salvo de Edjogo-Owono, el único que sabe qué forma tiene un balón y cuyos comentarios aportan un poquito, aunque se pierde en el mar de tonterías que dicen los demás.


Afortunadamente, los comentarios de Mediaset sólo tenemos que aguantarlos de forma muy puntual. Todavía resuena la falsa hipocresía de María Gómez quien, días después de sus críticas por comentarios “machistas”, lo único que podía aportar sobre toda una selección de fútbol como Marruecos fuese que “no le importaría dormir con ellos porque son todos unos pibones”. Ese es el nivel. Podríamos hablar de la hijísima, esa que por Barcelona todos conocen, una auténtica iletrada que sólo está ahí por ser hija de. Podríamos añadir a mucho periodistucho asturiano que sólo ha medrado a base de bailarle el agua a ese presidente de un equipo venido a menos, de rancia solera y brillante historial. Hay tanto despojo en el mundo del periodismo que prefiere el amarillismo antes que un debate sobre sistemas y posiciones que la lista se hace demasiado larga para mentarlos a todos.


Pero si hay algo más asqueroso que el periodista tribunero al que su propia bufanda ahoga, si hay algo peor que la persona que ocupa un puesto de trabajo por su físico y belleza en lugar de por sus conocimientos, es el típico sabelotodo que siempre tiene razón en todo. Y si se posiciona del lado de los colegiados, casi que hasta peor, porque semana tras semana defenderá lo indefendible, poniéndose en contra a una afición diferente cada día, en función de quién pueda haber sido perjudicado.


Y aquí seguimos, ya vuelven los maravillosos comentarios del amigo Rivero. Seguro que tiene alguna apreciación inútil y completamente evitable con la que deleitarnos. Echas la vista un poco al norte y ves que las tertulias las realizan “gentecilla” como Lampard, Gerrard, Henry, Ferdinand,…para que luego digan que las comparaciones son odiosas.