Me da miedo la próxima temporada

Me da miedo la próxima temporada. Lo he comentado en el título. Me da miedo, preocupación, porque sé que la presente campaña se ha salvado finalmente, pero lo que me genera inquietud realmente es lo que pasará a partir de verano.

Salvo cambios que catalogaría casi de históricos, salvo que ocurra algo totalmente inesperado, el horizonte del Valencia no llama precisamente a la calma ni a la tranquilidad. Esta temporada ha sido una montaña rusa institucional, deportiva e informativa. El bombardeo ha sido diario, constante, indignante, incluso muchas veces cayendo en la desesperación, incluso muchas veces sintiendo que el tema aburría. Pero, reitero, lo que me da miedo es la próxima temporada.

Las informaciones de los últimos meses apuntan a una dinámica similar por parte del club. Posibles ventas, fichajes (si es que llegan) que no generarían la mayor de las ilusiones y un proyecto que (por palabras del propio Peter Lim) no tendrá la base sólida necesaria para aspirar a lo que se espera de un club de la grandeza del Valencia. Os caerá mejor, peor, pensaréis mil cosas positivas o negativas, pero el Valencia es un club que suele presentar batalla, que genera movimiento, que genera duelos bonitos... Pero no este Valencia. Y eso es lo preocupante.

Da la sensación de que esta temporada se ha salvado por rentas pasadas, por una racha de partidos positivos que sirvió al equipo para salir un poco del fango (imaginad si no hubiera ocurrido) y porque ha habido equipos que, cuando el Valencia ha empeorado de verdad, ya estaban en una situación casi irremediable.

Pero, ¿y la temporada que viene? ¿Qué pasará cuando arranque de cero, cuando todos partan de nuevo desde la casilla de salida? La dinámica, me temo, no aspira a grandes cosas viendo el panorama. Las informaciones apuntan a poco movimiento a nivel de proyecto, a salidas importantes para seguir liquidando deuda y a posibles consecuencias políticas por la mala gestión del máximo accionista. Entonces, sí. Entonces sí habrá que preocuparse de verdad de cara al descenso.

Debo confesaros algo. Es tal la situación, es tal el escenario que vive el Valencia con Peter Lim, su empresa y sus empleados cercanos que incluso creo que un descenso podría ser una solución. Y sé que suena surrealista, sé que suena descabellado y que esto puede generar dudas, pero si eso provocara que Peter Lim (quien ya ha confesado abiertamente lo que está haciendo, cómo está gestionándolo todo y lo que siente) dejara su negocio y se marchara, creo que a medio plazo sería la solución. 

El equipo estaría en Segunda División. Algo doloroso, pero sería un reseteo vital. Sería salir de la adicción que mata, sanearse, abrir las ventanas para que el olor a podrido saliera poco a poco y en un tiempo la casa volvería a recuperar su alegría, su vida y su buen ambiente.

Por ello, lo que de verdad me preocupa si sigue todo como ahora y como se apunta desde nuestra admirada y querida capital del Turia es la próxima temporada, cuando todo arranque de cero y los fallos, los tropiezos, sí sean verdaderamente relevantes.