Liverpool: ahora o nunca

Lo tienen en su mano. Debe ser sí o sí. Si no ocurre, sería otra decepción enorme en la parroquia local. El Liverpool es el gran favorito a ser campeón de la Premier League esta temporada. Primero, por su enorme plantilla. Segundo, porque ya demostraron la pasada temporada que tienen potencial suficiente para ello. Y tercero, lo más importante, porque siguen sin perder tras las primeras 14 jornadas disputadas, aventajando a su máximo rival por el título (Manchester City) en 11 puntos.

Es cierto que (como me ha llegado en los últimos días) el Leicester está por delante de los de Pep Guardiola y se les debe tener en cuenta. Sí, claro. Sería faltar el respeto y faltar a la verdad, pero lo cierto es que desde verano el duelo era entre los de Manchester y los de Klopp. Sobre todo, por su enérgica y épica batalla de la pasada temporada que forzó a ambos equipos a casi llegar a la estratosférica cifra de los 100 puntos. Partiendo de ese punto de origen, de esa meta, de ese punto de partida veraniego, la revancha, la rivalidad, era esa y no otra. Es cierto que desde el King Power Stadium quieren soñar despiertos, están firmando un inicio de temporada muy positivo, pero ganar esta Premier League para el Leicester es algo cercano a una quimera, a una romántica fantasía.

Por ello, el Liverpool es el gran candidato. Pero es un candidato acostumbrado a golpes duros, a tropiezos inesperados, a una racha de sequía liguera que ya dura décadas. Son los actuales campeones de Europa por partida doble (Champions League, Supercopa de Europa), pero la gloria doméstica se le sigue resistiendo y seguramente tengan la mayor de las oportunidades ahora, exactamente ahora, cuando aventajan a sus máximos rivales con distancias importantes. Es cierto que queda mucho, pero ya se ha disputado un tercio del campeonato y su dominio debe ser considerado ya como serio.

Están cerca de asegurarse la primera plaza en la romántica jornada del Boxing Day. Llegar líder en Navidad suele ser considerado como una de las fechas claves, ya que el porcentaje de líderes ese día que acaban siendo campeones es alto. Sin embargo, sólo 1 equipo ha perdido el título siendo líder el día de Navidad. Y le ha ocurrido 2 veces desde el cambio de formato en 1992, la última el curso pasado. Sí, se trata del Liverpool. Es por ello que el Liverpool, ellos mismos, son su mayor enemigo. Hace un año conseguían llegar primeros, cuando aventajaban de forma notable al Manchester City, pero las estadísticas ya le advertían de que eran el único equipo que no había conseguido cumplir la regla. Y volvió a ocurrir. Sí, con 96 puntos, pero quedaban segundos.

Perder esta temporada en Inglaterra podría ser considerado de catástrofe, de golpe casi histórico, de una derrota muy dura y dolorosa. Pero las sensaciones parecen ser diferentes. Con una de las plantillas más competitivas de las últimas décadas, con jugadores como Allison y van Dijk (considerados los mejores del mundo en sus respectivas posiciones), con el tridente mágico Salah-Mané-Firmino, con un técnico carismático que ha encontrado la fórmula mágica del éxito, con un proyecto muy sólido. El contexto parece diferente, parece que sólo algo histórico puede arrebatarles el éxito liguero.

El Liverpool ha demostrado que sabe ganar con comodidad, pero también sufriendo. Han aprendido a ganar goleando y a ganar cuando el equipo está lejos de su mejor nivel. Suele decirse que las ligas se ganan en las peores tardes, cuando se consiguen los tres puntos sin estar al mejor nivel. Si el Liverpool golea puede parecer hasta lógico, o esperado, viendo el enorme potencial de esta plantilla que tienen a su disposición, pero cuando ese gran combinado tropieza a nivel futbolístico pero suma la victoria es cuando se logran las victorias importantes de verdad.

Han dado un salto adelante. La Champions League del año pasado, un gran ejemplo de ello. Pero ahora deben dar ese salto también en Inglaterra, donde no acaban siendo campeones desde el ya lejano año 1990. Casi dos décadas después siguen buscando alzarse con la corona doméstica. Y en ello están.