La Superliga europea: razones y complicaciones

El fútbol moderno matará al fútbol moderno

Mucho se habla últimamente de la idea que le viene rondando la cabeza a Tito Flo durante los últimos años. La formación de una competición de superequipos europeos que deje a la actual UEFA Champions League a la altura de un torneo de barrio es altamente llamativa, siempre que tu equipo sea considerado entre los elegidos, claro está. Si bien durante los últimos años es una propuesta que se ha movido en el plano de lo quimérico, hay tres claves que parecen estar avanzando mucho las posiciones.



La primera de ellas es el poderoso caballero. El dinero que se puede mover con el negocio del fútbol parece ser infinito, pero no es así. Existe una cantidad determinada de dinero que, antiguamente, se movía de unas manos a otras, casi siempre con fin último los bolsillos de los propietarios de los equipos. La irrupción de los denominados “equipos estado”, como PSG o Manchester City, han revolucionado los conceptos económicos del fútbol y ahora nos encontramos con países enteros financiando clubes con el único fin de… ¿ganar títulos? Porque, lo que es hacer negocio, pagando las cantidades que pagan, no tiene pinta. Recientemente, se les ha reabierto una causa administrativa por posible dopping financiero, aunque es de esas situaciones en las que la palabra “presuntamente” parece ser sinónimo de “culpable”, así que cualquier oferta que les permita evitar ciertos controles, les gustará.

De todas formas, el dinero sigue siendo el motor principal del fútbol. En una “rat race” por ver quién gasta más dinero en jugadores, salarios o reformas de estadio, la única igualdad posible que garantiza una competición limpia es el aporte económico que, en su mayoría, proviene de televisiones, publicidad y demás gastos que para nada tienen que ver con el aficionado. Así que, un buen día, el señor Real Madrid se levantó pensando “¿Cómo puedo hacer yo, un españolito más, llegar a cobrar lo mismo que el señor Manchester United o el señor Liverpool, que cobran lo que cobran sólo por ser ingleses?”. La solución, era sencilla: destruir el concepto de Ligas Nacionales, ir todos en el mismo saco y repartir derechos a partes iguales.

Así pues, con el objetivo de llevarse muerto lo que no está en los escritos, sólo faltaba ir reuniendo adeptos. Algo complicado, claro está, pues la UCL es demasiado atractiva como para abandonarla. Debería crearse otra competición paralela sin el mismo prestigio y vaya usted a saber con qué clase de soporte organizativo. Pero van pasando cositas: equipos que o bien alzan la cabeza en cuanto suenan dos monedas repiqueteando entre sí, equipos hartos del control que ejerce sobre ellos los organismos del fútbol europeo, equipos que no ven clara una posible consecución del preciado título tal y como está concebida ahora… La realidad es que la lista de interesados se ha ido incrementando de tal forma que cada día parece estar más cerca de suceder.

Pero una pregunta se eleva por encima de sus cabezas: ¿funcionará? La respuesta es sencilla: claro. No hace falta más que mirar a la Liga de Baloncesto que se han montado los todopoderosos europeos. Duelos impresionantes cada semana, prestigio automático viendo el nivel de los participantes,… Tienen un espejo perfecto en el que mirarse para calcar el modelo y conseguir formar esa Superliga que tanto ansían las viejas coronas europeas. Solo falta un temita sin importancia y es a quién venderle el producto. Está genial que tengas la mejor competición del mercado, pero si ninguna televisión o medio quiere comprártela, te la vas a acabar comiendo con patatas. Y es aquí donde entra a jugar un papel trascendental Relevent, esa famosa empresa que quiere llevar el Girona Vs F.C. Barcelona a Miami. Ponen el dinero y hasta su alma en juego si hiciera falta, pero ponen una condición que podría trastocar el mundo del fútbol tal y como lo conocemos. Hay que jugar en fin de semana.

Si las fechas para competir en la Superliga tuvieran que caer en fin de semana, los grandes equipos de cada país deberían abandonar sus respectivas ligas y, como mucho, compaginar la disputa en las Copas Nacionales si consiguen llegar a ese acuerdo. Estaría feo que jugaras una Superliga Europea los fines de semana y el martes jugaras Champions, la verdad. Y tampoco tiene pinta de ir a ser viable que los partidos de los grandes equipos se pasaran a las fechas intersemanales. Así pues, con este planteamiento, parece ser que los equipos ingleses se bajan del carro. Trincar una buena tajada por renunciar a otra y perder por completo la opción europea, es decir, menos ingresos que lo que perciben ahora, no les atraen nada. Y, sin ellos, la cosa parece que pierde un poco.

Así pues, estamos en una encrucijada total. O Relevent cambia su postura con respecto a la fecha en la que debe jugarse estos partidos o el barco se va a pique. No se pierdan los próximos capítulos de las aventuras del Tito Flo, porque no parece que vayan a tener desperdicio.