El partido central de la jornada, aunque los equipos no estén cerca en la tabla. Liverpool necesita dejar de perder puntos si no quiere ceder el liderato, mientras que la presión sobre Ange Postecoglou en Tottenham sigue siendo intensa.
Ambos equipos jugaron a mitad de semana en los cuartos de final de la EFL Cup, avanzando a la siguiente ronda. Quizás se enfrenten más adelante en el torneo, pero por ahora se verán las caras en la Premier League. El Tottenham ganó su partido por 4:3, aunque con un alto coste emocional. Tras ir ganando por tres goles, regalaron dos de forma inexplicable. Los experimentos con pases arriesgados en su área no suelen salir bien si el equipo es demasiado lento, y Fraser Forster tuvo una actuación inconsistente: cometió errores, pero también realizó varias paradas impresionantes. Este es su segundo partido consecutivo con un marcador de 4:3 contra un grande del fútbol inglés, después de perder por el mismo resultado contra Chelsea hace unas semanas.
El Liverpool también es capaz de ofrecer partidos llenos de goles cuando se le presentan las oportunidades, aunque suele ser más sólido defensivamente. Para encajar muchos goles, tienen que darse circunstancias especiales, como la expulsión de Andrew Robertson en el empate 2:2 contra Fulham en la jornada anterior. A pesar de quedarse con diez jugadores desde el minuto 17, el equipo de Arne Slot sigue mostrando regularidad ofensiva: ha marcado al menos dos goles en 11 de sus últimos 12 partidos. Incluso en la EFL Cup, el equipo anotó en su victoria 2:1 contra Southampton.
Si Tottenham aprovecha sus ocasiones, el total de goles parece asegurado. Ya lo lograron en sus enfrentamientos de la temporada pasada: 2:1 en casa y 2:4 como visitante. Confío en que lo logren nuevamente.