Este lunes se disputa uno de los partidos más importantes del Grupo F, donde podría definirse el pase directo al Mundial 2026. Gabón está más cerca que nunca de lograr una histórica clasificación, pero Costa de Marfil tiene en su mano cerrar la primera plaza y asegurar su presencia en la fase final.
Gabón está firmando una campaña excepcional y ocupa el segundo puesto del grupo con 18 puntos, el mejor registro entre todos los segundos clasificados. Ha ganado seis de sus siete partidos, perdiendo únicamente por la mínima ante Costa de Marfil (0-1). Su plantilla no está repleta de estrellas, pero cuenta con figuras clave como David Sambissa (Istanbulspor), Teddy Avérelant (Amiens) y Denis Bouanga (Los Angeles FC), máximo goleador del equipo con ocho tantos. La fortaleza de Gabón reside en su cohesión y entrega colectiva, aunque esto no siempre basta contra rivales de mayor jerarquía: en la clasificación a la Copa Africana, cayó de forma contundente ante Marruecos (1-4 y 1-5) y ha perdido cuatro de los últimos cinco duelos frente a Costa de Marfil.
Costa de Marfil es una de las selecciones más sólidas de esta fase de clasificación. Ha sumado 19 de 21 puntos posibles y aún no ha encajado ni un solo gol en el grupo. Su pareja de centrales, Odilon Kossounou (Atalanta) y Evan N’Dicka (Roma), sostiene un bloque defensivo infranqueable, mientras que en ataque destacan Amad Diallo (Manchester United) y Seko Fofana (Rennes). Los Elefantes practican un fútbol pragmático y eficaz: salvo la goleada ante Seychelles (9-0), todos sus partidos han tenido menos de tres goles.
Gabón llega con buena forma y motivación máxima, pero la diferencia de nivel es evidente. Costa de Marfil ha construido una defensa impenetrable y sabe manejar los partidos con oficio. Ante un rival directo, su enfoque será el de siempre: no encajar, controlar el ritmo y aprovechar sus oportunidades.