Arranca abril, y con él comienza una nueva edición de la Copa Libertadores. El primer partido de la fase de grupos se disputará en el modesto estadio de 10.000 espectadores ubicado en Valencia, Venezuela.
Un nombre poco habitual en el torneo, pero con cierta sonoridad, ¿no crees? ¿Qué esperar de un club tan desconocido? Hasta 1997 se llamaba simplemente Valencia, como la ciudad, pero aquello fue más que un cambio de nombre: fue el inicio de una nueva etapa. Durante dos temporadas consecutivas, Carabobo terminó quinto en la Primera División venezolana, lo que le valió la clasificación para la Copa Sudamericana. En la tabla acumulada del año 2024, el club logró el cuarto puesto, lo que le permitió acceder por segunda vez en su historia a la Libertadores. En su debut en 2017, cayó en la segunda ronda clasificatoria. Esta vez entró directamente a la fase de grupos.
Estudiantes de La Plata es un histórico del continente. Ha ganado la Copa Libertadores en cuatro ocasiones, la última en 2009. Sin embargo, su última participación fue decepcionante: terminó último en una fase de grupos asequible, con solo cinco puntos. Tampoco brilló en el pasado campeonato argentino, donde finalizó en la 12.ª posición. Su presencia en esta edición se debe a la conquista de la Copa de la Liga Profesional.
Estudiantes llega con dos derrotas y un empate en sus últimos tres partidos, mientras que Carabobo ha conseguido dos victorias y un empate. Eso sí, hay que tener en cuenta la diferencia de nivel entre los torneos domésticos. Aun así, la motivación emocional del debut en casa puede jugar a favor del conjunto venezolano. Si pierde, no será por más de un gol.