Marcelino, te estás equivocando

Vivimos en una sociedad bipolarizada en la que debes elegir, en la que debes posicionarte, y lo peor de todo, en la que debes elegir entre una cosa u otra. No existen los términos medios. 


Izquierda o derecha. Blanco o negro. Día o noche. Mar o montaña. Libros de papel o libros electrónicos. Con redes sociales o sin redes sociales. Si das un paso adelante, estás perdido. Y no, no estás perdido tú. Tú eres el que más claro lo tienes. Es el resto. Son las personas que tendrás cerca, que muchas veces te buscarán, acudirán a ti, las que te juzguen. Si eliges A, en consecuencia, no habrás elegido B. Y entonces, el show.

Esto va a ocurrir, seguramente, tal y como vayas leyendo estas líneas. Seguramente a partir de la siguiente frase. Creo que Marcelino se está equivocando con su postura frente a Peter Lim. Creo que Marcelino ha elegido el camino drástico, el negativo, el de tensar una cuerda de forma innecesaria que, sinceramente, no puede llevar a nada bueno.

Todo el mundo sabe en las calles de la casi perfecta capital del Turia que hace unas semanas hubo un tenso encuentro que dividió al Valencia en dos: el propietario y sus acompañantes, y el resto. En el grupo del resto estaban, entre otros, Mateu Alemany y Marcelino. Dos piezas clave en una temporada histórica en la institución. Dos profesionales que, desde sus respectivas butacas, trabajaron codo con codo para que el conjunto valencianista acabara la temporada con una sonrisa gigante. Sin embargo, todo cambió. De repente, la bomba. De repente, la vieja conocida como inestabilidad, el viejo amigo del patiment que muchos llevan en la sangre desde que sus corazones empezaron a latir en blanquinegro.

Una bomba mediática que quebró el club en dos posiciones. Peter Lim y la dirección deportiva. Una dirección deportiva (ahora viene lo preocupante) capitaneada por Mateu y por Marcelino. Una dirección deportiva que, a su vez, ha mostrado dos líneas nuevas. Dos sublíneas, para entendernos. Mateu Alemany se mostró convincente en su discurso, haciendo ver que había un problema, que no lo ocultaba, pero no traspasaba la línea, no fue más allá. Todo lo contrario, Marcelino. Y es aquí donde, al posicionarme, las etiquetas de pro y contra, de a favor o en contra, se instalarán.

Marcelino se equivoca. Marcelino se equivoca en el tono, que no en el discurso. Marcelino es libre de defender su postura. En mi opinión, lógica y defendible. Si el club ha vivido una temporada histórica siguiendo un camino, una línea, ¿por qué cambiarla? ¿Por el ego del propietario? Pese a que está en su derecho, me parece un error. De Lim, digo. Y en ese punto de vista creo que pocos son los que estarán en contra de la parcela deportiva con Mateu y Marcelino. 


Pero los discursos consecuentes de ambas partes no parecen estar yendo con el mismo tono, con la misma actitud, con la misma postura. Marcelino se equivoca en el discurso agresivo tirando dardos a diestro y siniestro. Lo que empezó como una anécdota en la primera rueda de prensa tras la reunión en Singapur parece que puede ser rutina, y poco a poco el técnico está creando un incendio que, me temo, está siendo provocado. Entonces, creo, se equivoca. Por suerte, lo pensamos muchos. Se ha vendido, lógicamente, que Peter Lim creaba un incendio de la nada, cuando menos necesario era. Y sí, fue real. Tras una gran temporada era una locura crear un fuego simplemente para dejar claro quién manda. Pero ahora Marcelino, con su tono, con sus indirectas, está creando una tensión cada vez más preocupante.


¿Está creando un escenario en el que busca su destitución? ¿Está buscando Marcelino con sus mensajes hacia Singapur su salida? Quizás el técnico asturiano se esté olvidando de que se le va a juzgar por los resultados del equipo. Quizás Marcelino se haya olvidado de la eterna alta exigencia del valencianismo. Nadie le quitará los méritos del curso pasado. Su nombre quedará en el recuerdo. Pero igual que hizo una labor extraordinaria, ahora se está equivocando. Su tono agresivo empieza a tensar la cuerda, empieza a generar un incendio innecesario, como se le acusó a Peter Lim hace no mucho. Y hay que decirlo.

Marcelino, sinceramente, te estás equivocando. Todo el mundo sabe que la reunión en Singapur fue puro postureo, como se dice ahora, que el incendio se convirtió en cenizas candentes que siguen encendidas, pero mientras Mateu intentó matizar el tono, el técnico asturiano está creando una tensión para que se siga hablando de cosas extra-deportivas. Por ello, Marcelino, estás cometiendo un error. Estás cometiendo el mismo error por el cual señalas al propietario. Con matices, con diferencias, pero si Peter Lim crea inestabilidad con sus cuestionadas decisiones, tú, con tu discurso, no haces tampoco demasiado bien a la dinámica del club. Gracias por ser tan sincero y directo, pero con ese tono no estás ayudando a la estabilidad.

He dicho.