La 'generación Leicester' es una realidad

Existen equipos que quedan en las retinas y memoria de los aficionados de forma especial y mágica. Por un título inesperado, por un futbolista que marcó a muchos, por un suceso extraordinario. Muchas son las posibles causas que retienen ciertos proyectos en el pensamiento de los fans y siempre son recordados.

El Leicester ganó en 2016 una de las ligas inglesas más románticas que se recuerdan en las islas británicas y en el fútbol europeo. Ya no por su título, ni por sus jugadores, sino porque además lo consiguieron ante potencias que les sobrepasaban en muchos factores. Algo así como 'el equipo del pueblo' en versión británica.

Una generación que descubrió a los Jamie Vardy, Riyad Mahrez, N'Golo Kanté o Kasper Smeichel casi de la nada. Ni los más conocedores del lugar pudieron prever aquel histórico suceso. Imaginad cómo se vivió fuera de allí, en el Viejo Continente, fuera de las islas.

Pero aquel primer histórico logro se vio complementado con una participación histórica en Champions League la temporada posterior. Sin llegar al término histórico, los Foxes consiguieron pasar la fase de grupos y llegar hasta los cuartos de final. Otro logro maravilloso que volvió a convertirles en un foco de interés casi universal. Partiendo de lo romántico, de lo 'diferente', volvieron a colocar en el King Power Stadium un foco potente de seguimiento masivo en el mundo del fútbol.

Y luego llegó Brendan Rodgers para instalar el paso definitivo para que lo del Leicester dejara de ser considerado (por algunos rezagados) como algo temporal, casual o fruto del azar para ser una realidad que todavía hoy dura.

La temporada pasada hubo un debate muy interesante en Inglaterra relacionado al histórico 'Big Six'. Clubes como Manchester United, Arsenal, Liverpool, Chelsea, Manchester City o Tottenham habían sido seleccionados popularmente para un grupo de equipos poderosos, 'grandes', determinantes, que presentaban batallas deportivas e institucionales de alto nivel. 

Pero el rendimiento del Leicester desde 2016 (sobre todo su regularidad y constancia en la zona alta) generó una pregunta que, por la gran cantidad de puertas abiertas que dejaba, no cayó en el olvido: ¿sigue existiendo el 'Big Six' inglés?

Lo cierto es que (parece ser) no. Es la sensación que da, es lo que se siente. La regularidad y salto adelante del Leicester (sobre todo) con el Everton ha creado un nuevo escenario que crea incomodidad entre los más longevos y conservadores del lugar y otorga argumentos muy sólidos a los que creen que el cambio existe.

Es por todo ello, por todo lo expuesto, por lo que sigue generando el equipo del King Power Stadium, que existe una realidad también incontestable. Este Leicester ya pertenece a ese selecto grupo de equipos que marcan a una generación.

Un equipo que hasta hace no demasiado estaba en categorías inferiores del fútbol inglés y que ahora vive el mejor momento de forma de su historia. Sus buenos resultados le han permitido crecer a nivel económico y la buena gestión del club también se ha traducido en inversiones con sentido total. Han crecido a nivel deportivo e institucional. Todo ello ha ayudado a que no sólo se mantengan en la élite, sino que lo han conseguido creciendo, evolucionando, expandiéndose en una época de máxima competitividad y, además, tras lo vivido durante el último año por consecuencia de la pandemia.

Su título en 2016, su cada vez más normalizada presencia en torneos europeos, su capacidad para plantar cara ante los grandes, su pelea en la zona alta, ha hecho que haya muchos aficionados que creen que esta es la realidad del Leicester. Una generación que siempre recordará a este equipo. Dentro de 20-30 años habrá gente que recuerde con cariño a este equipo. Sin duda, pertenecemos a la 'generación Leicester'.