Diogo Jota, o cómo ser el comodín perfecto

El Liverpool es uno de los equipos más seguidos, más rentables y más competitivos del fútbol inglés, europeo y mundial de los últimos tres años. Es una realidad. Su plantilla es espectacular, su técnico ha sido capaz de convencer y de sumarse a la corriente popular, y el club se ha consolidado de nuevo en la cima futbolística.

Los Reds están firmando un inicio de curso perfecto. Pleno de victorias y pleno de puntos. Cinco goles a favor y ninguno en contra. Sus cifras están muy cerca de ser excelentes y parece que el agua fluye bien en la zona roja a orillas del río Mersey.

Y, como siempre, como viene siendo habitual últimamente, un actor secundario que sigue igual de bien, que continua siendo igual de discreto y que mantiene su espectacular rendimiento. Su estado de forma genera una contradicción real, cada vez más sólida y más llamativa. Es llamativa, pese a ser silenciada. 

Parece una contradicción. ¿Cómo algo que llama la atención pasa desapercibido o es silencioso? Hablemos de Diogo Jota. Todavía hay gente que le sorprende su nombre cuando aparece en escena porque el tridente formado por Mohamed Salah, Sadio Mané y Roberto Firmino arrasa mediáticamente. Con razón, eso sí. Pero es cierto que es el ataque instalado en el chip popular y muchos son los que 'olvidan' a Diogo Jota cuando se habla del ataque del Liverpool.

En Anfield no ocurrirá tanto, claro está. Y más cuando se tienen en cuenta sus espectaculares cifras desde que llegó al Merseyside procedente del Wolverhampton. El jugador portugués puede ser considerado uno de los mejores fichajes del Liverpool de los últimos años, y eso son palabras mayores. Añadir a Jota en este selecto grupo junto a jugadores como Alisson o van Dijk exige un enorme nivel, pero es que el luso lo ha hecho.

Diogo Jota está siendo una de las mejores notas del conjunto de Liverpool en este impecable inicio de temporada con dos goles en dos jornadas. Pero, (volviendo a párrafos anteriores), ¿de quién habla seguramente la gente? Quizás de Salah. Y es normal, es entendible, es esperado, ya que el egipcio está rindiendo como él sabe: muy bien. Pero el portugués, una vez más, demuestra ser un atacante fiel a su rendimiento, a su capacidad de determinación y, sobre todo, a su silencio.

Un obrero del gol. Un futbolista alejado de los más candentes focos mediáticos. Es conocido, evidentemente. No es un futbolista que sólo los conocidos como 'Panenkitas' (anteriormente, en otras generaciones, 'parabólicos') le tienen en el radar. Tampoco vengamos ahora a catalogarle de diamante en bruto. Es un diamante trabajado, localizado, pero sigue manteniéndose en un segundo escalón mediático que quizás incluso le venga bien para mantener un maravilloso rendimiento y para seguir firmando una dinámica minutos/goles a la altura de muy pocos delanteros en las islas británicas y en el Viejo Continente.

Diogo Jota vuelve a ser protagonista en el inicio liguero del Liverpool y, pese a que es una de las grandes noticias del club, sigue siendo el más excelente de los actores secundarios del fútbol. Un atacante extraordinario que es pieza clave, pese a su 'silencio', para Jurgen Klopp.